Padre y madre de una niña de 10 años: “Agradecemos la oportunidad de reconocer y ampliar las propias capacidades y favorecer un desarrollo del niño/a en profundidad, donde él/la es consciente de sí mismo en todo momento y tiene muchos recursos para afrontar y disfrutar del día a día, según la propia verdad. Sin dejarse llevar ciegamente. Para nosotros este método ayuda a que los niños sean realmente independientes, con valores por el bien común y a que los padres nos pongamos al día, nos resituemos y volvemos a tomar el rumbo de nuestras vidas. Gracias.”

Padre de un niño de 11 años: “Para mi hijo, que llegó a la primera sesión diciendo que esto de ver con los ojos vendados era imposible, fue para mí, como padre, una experiencia inolvidable, cuando después de la primera sesión nos contó que lo había logrado. Su serenidad y confianza se veía reflejada en su rostro. Des de entonces, a cada sesión los progresos han ido en aumento y totalmente sorprendentes.”

Madre de un niño de 9 años: “Íngrid, con su programa nos ha permitido que nuestro hijo pudiera ver con los ojos cerrados. Aunque nos era curiosa esta posibilidad, no ha sido lo más importante. Un vez hecho todo el proceso, la metodología que utiliza, permite a los padres darse cuenta de aquello que es importante reforzar en el niño. Los padres tenemos la tarea de transmitir valores, conceptos, pensamientos…. y esto debe hacerse en todos los ámbitos. La Íngrid nos da las instrucciones para no perdernos, eso sí, el trabajo es de los padres, no es del niño. Si alguien piensa que al llevar a su hijo con Ingrid, el niño ya saldrá “reprogramado”, se equivoca. El niño sale reprogramado si los padres hacen su tarea, si siguen los consejos y las recomendaciones que nos da Íngrid. Yo recomiendo la experiencia, además Íngrid es muy dulce con los niños y, almenos el nuestro, ¡iba encantado!”

Madre de una niña de 8 años: “Había cosas de mi hija que desconocía y no sabía cómo llegar a ello para que me lo contara, y con este método se ha mostrado mucho más abierta y hemos podido hablar de temas que a ella le era muy difícil contarme. Es emocionante ver cómo es capaz de pintar, leer, jugar… sin ver. A parte de la buena relación que tuvo con Íngrid, una vez terminado quiere seguir haciendo más clases “con los ojos vendados”.

Madre de una niña de 10 años: “Cuesta de creer, y aún no lo sé explicar, pero confío en mi hija y en la nueva capacidad que tiene por ver a través de los antifaces. Gracias Íngrid para ofercernos esta posibilidad, para enseñarle esta nueva capacidad y por todos los consejos tan acertados que nos has dado y que seguiremos trabajando. Sigue con el mismo entusiasmo, que cuando el hermano sea mayor, ¡volveremos! .”

Madre de un niño de 8 años: “Es una experiencia muy gratificante, desde que Cai comenzó, el cambio académico ha sido notable y no es que le sea más costoso, al contrario, le han dado una herramienta para que le sea mucho más fácil concentrarse sin tener que poner más esfuerzo. Lo aconsejaría tanto a los niños como a los padres que quieran darle una educación más consciente a su hijo.”

Madre de una niña de 9 años: “Mi hija ahora tiene claro que debe ser más responsable y colaboradora. Está más tranquila y hace cosas públicamente sin bloquearse. No somatiza el dolor de estómago como antes.”

Madre de un niño de 7 años: “Pol hizo el método VEO con 7 años, y a medida que íbamos realizando las sesiones y el trabajo en casa, tanto nosotros como la escuela le notamos cómo aumentaba su proceso madurativo, estaba más concentrado en las tareas del día a día, tenía ganas de coger responsabilidades y asumir tareas de casa (cuando hasta ahora no las asumía de buen grado), y también ha incorporado herramientas para expresar sus emociones de una manera más sana.”

Madre de una chica de 13 años: «Como padres, muchas veces sabes donde quieres ir, o donde no quieres ir, pero a menudo, dentro de la incertidumbre pierdes el camino. VEO no te hace el camino, pone piedrecitas a seguir (en forma de recomendaciones) en caso de duda. Tú decides seguirlas o no, pero si lo haces descubres todo aquello por lo que te estabas perdiendo. Gracias por todo Íngrid. Para nosotros, no sólo era el VEO. Tu “manera”, tu saber, tuvo mucho que ver con el éxito del proceso.”

Madre de un niño de 8 años: «Para Isaac, el método VEO ha sido la oportunidad de dejar miedos e inseguridades y empezar a creer con sus capacidades y posibilidades. Esto le hace estar mucho más tranquilo, atento, alegre y satisfecho. A nosotros, como padres, nos ha permitido acercarnos más a nuestro hijo y sentir, la posibilidad de acompañarlo mejor, con más seguridad y con unas pautas de trabajo claras, fáciles de incorporar en el día a día, que nos han dado resultados muy rápidamente. Estamos muy agradecidos al método y, en especial a Íngrid, por todo el acompañamiento y el trato recibido y porque vemos opciones y sabemos que podemos confiar y seguir trabajando por el bienestar de todos.”